Las Towanda Rebels, el dúo feminista más famoso de las redes, denunciaron un producto de maquillaje que incita a la prostitución. La polémica no se ha hecho esperar
¿Quiénes son las Towanda Rebels?
Son dos madrileñas que se dedican a la comunicación. Este equipo se compone por Zua Méndez y Teresa Lozano. Trabajan en equipo desde 2017.
¿Qué tiene que ver el maquillaje con la prostitución?
A lo largo de la historia, el maquillaje ha sido usado tanto por hombres como por mujeres desde la Prehistoria. En el caso del Antiguo Egipto era por razones de salud belleza y protección. El maquillaje de los ojos protegía de las radiaciones solares y de los insectos del Nilo
Durante ciertas épocas el maquillaje se asociaba a la prostitución, puesto que eran las prostitutas las que lo usaban para atraer a los clientes. De hecho, se podría considerar que un producto de maquillaje incita a la prostitución, puesto que estaba hasta mal visto en clases pudientes y casi prohibido para mujeres virtuosas.
¿Por qué el maquillaje se ha asociado a la prostitución?
A lo largo de la historia siempre ha existido la prostitución y con el fin de atraer a clientes, las mujeres que lo practicaban, procuraban estar lo más atractivas posible. Para resumir: maquillaje para agrandar visualmente la mirada con lápiz de ojos, rubor con colorete y labios rojos.
Los ojos agrandados y marcados, mejillas sonrojadas y labios rojos por maquillaje, imita al estado del organismo durante el acto sexual. En relaciones íntimas las pupilas se dilatan, aumenta la presión sanguínea lo que provoca enrojecimiento de las partes íntimas. Los labios rojos recuerdan a las partes íntimas durante el acto sexual. Sí, el color rojo es el color del sexo por definición.
Pero el color rojo no es solo una preferencia exclusivamente masculina, también lo es de los primates machos, concretamente los chimpancés y los babuinos. Las hembras de estas especies de primates enrojecen de forma muy visible durante su ovulación y esto atrae a los machos. Aunque recientemente, se descubrió que era el rojo lo que atrae a las hembras de los primates.
¿Qué es lo que denuncian las Towanda Rebels?
Una paleta de sombras para ojos, cuyo nombre comercial incita a la prostitución: Sugar Daddy, pero cambiando la A por el número 4. No se sabe si para no llamar la atención o con qué fin. La caja de las sombras de ojos imita una tarjeta de crédito y en su interior las sombras no se libran de polémica, puesto que cada sombra tiene un color con un nombre curioso, para poner ejemplos claros:“Is that your dad?”, “Hot madurito” o “Podría ser tu niet@”.
Facua también pide la retirada de Sug4r D4ddy.
Sí, Facua también se ha unido pidiendo la retirada del producto de la firma cosmética Krash al considerar que “blanquea la prostitución al normalizar, con su estrategia de venta, que las mujeres mantengan relaciones con hombres mayores que ellas a cambio de regalos, dinero u otras prebendas” a lo que añade también “enmascara y presenta como deseables y positivas unas relaciones que no son sino una forma encubierta de prostitución” y advierte del «peligro que conlleva lanzar este mensaje entre las consumidoras más jóvenes».
Desde Facua consideran “un auténtico despropósito que la marca siga cayendo en estereotipos completamente retrógrados y misóginos para vender sus productos, presentando a las mujeres como derrochadoras que solo buscan el dinero de los hombres para comprar todo lo que desean”.
Por todo esto Facua ha instado tanto a Krash Cosmetics como a Perfumerías Primor a retirar estos productos que “normalizar de forma encubierta una situación de violencia contra las mujeres, usándolas como estrategia de venta”.
Por el momento, la única respuesta que ha obtenido Facua es el bloqueo en Twitter por parte de Perfumerías Primor.
¿Qué es un Sugar Daddy?
Se trata de un hombre maduro, de cuarenta años en adelante que tiene una relación sexual-transaccional con una mujer mucho más joven, incuso adolescentes.
En el mundo hispanoparlante el término “Sugar Daddy” es un término nuevo y a la vez chocante. Pero en el mundo anglosajón tiene historia, pues se trata de una expresión cuyo origen se encuentra en la California de principios del siglo XX y con azúcar de por medio.
Esto se debe a la relación de un productor y empresario del azúcar y una modelo 24 años más joven. Se llamaban Adolph B. Spreckels que era llamado “Sugar Daddy” por su amante Alma de Bretteville. Para resumir: la relación entre el empresario azucarero y la modelo era mal vista, ante una sociedad clasista, que rechazaba invitaciones a fiestas ante los celos que generaba la nueva posición social de la joven. Tras cinco años de relación, se casaron.
La polémica está servida y por el momento, el Ministerio de Igualdad no se ha pronunciado.
